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«Se equivocan: La verdad detrás de las noticias – El Heraldo de México»


Las estrategias de denostación y campañas de desprestigio son acciones que no conducen a nada positivo. En el caso de México, los ataques al presidente López Obrador parecen pusilánimes y sin fundamento. El argumento de defensa es simple: ¿por qué quienes hoy señalan al Presidente no actuaron de manera similar en el pasado?

El presidente ha respondido a estas críticas con otra respuesta simple: «Están enojados porque perdieron sus privilegios». Esta declaración es de fácil asimilación en la población que aprecia los «calificativos» del Presidente a sus adversarios y siente que por primera vez «existen políticas» que atienden diversas necesidades que en sexenios anteriores no fueron la preocupación esencial.

Sin embargo, no todo en este Gobierno es impoluto. El impulso dado a los militares se pagará caro. En el bloque opositor, que incluye organizaciones civiles, comunicadores, medios de comunicación, cámaras empresariales, partidos políticos, ex ministros de la corte, e incluso, jueces y ministros en funciones, son torpemente incisivos. Deberían abordar asuntos que impliquen causas de verdadera reflexión social y defensa específica a derechos adquiridos, pero se pierden en un laberinto con posiciones que solo tienen eco en un sector de la población que ya está convencido de que López Obrador, la 4T y MORENA son lo peor que le ha sucedido a México en su historia contemporánea.

El discurso y los medios de ataque son ineficientes y abonan, desde luego, a la polarización. Ambos lados son polarizadores, pero el presidente, sin duda, tiene más poder para hacerlo. Fue elegido por la mayoría, ya sea por convencimiento o por hartazgo. El bloque opositor seguirá equivocándose hasta que asuma la responsabilidad de que MORENA llegara al poder y el Presidente, López Obrador, diera un golpe de timón.

AMLO gobierna porque las administraciones del PAN y el PRI, con la mediocre comparsa del PRD, no estuvieron a la altura histórica del compromiso y el mandato que les fue conferido, alimentando en la mayoría de la población un sentimiento de abandono y desprecio. El presidente actual es un hito por el que debemos transcurrir para aspirar a algo mejor, y en esa aspiración está el que la oposición se comporte como un bloque inteligente, con ideas, discurso coherente, prácticas éticas y acompañe acciones concretas y tangibles, evitando caer en el juego en el que cayeron desde el día uno: asumirse como moralmente derrotados.


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