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«No soportó el llanto del bebé: La historia de Francisco Oropeza, el mexicano que mató a una familia en Texas»


Un tiroteo en Texas, Estados Unidos, dejó a una familia hondureña de cinco integrantes muertos, incluyendo a un niño de ocho años. Todo comenzó cuando los vecinos pidieron al responsable, un mexicano identificado como Francisco Oropeza, que dejara de disparar hacia el aire ya que alteraba el sueño de uno de los bebés en la casa de las víctimas. El sospechoso estaba disparando su rifle semiautomático AR-15 en un patio vecino y, al parecer, se enfureció al recibir la petición de sus vecinos. La policía local emitió una orden de arresto contra Oropeza, acusándolo de cinco cargos de asesinato.

El gobierno de Honduras pidió aplicar todo el peso de la ley tras este terrible crimen y exigió justicia. El sheriff Capers señaló que todas las víctimas habían recibido disparos desde el cuello hacia arriba, casi estilo ejecución, básicamente en la cabeza. El tiroteo en Texas parece ser el último de una serie de matanzas ocurridas en situaciones cotidianas. Estados Unidos, un país de unos 330 millones de habitantes, tiene unos 400 millones de armas y los tiroteos masivos mortales son habituales.

En lo que va del año, en el país ha habido más de 170 tiroteos masivos, definidos así cuando cuatro o más personas resultan heridas o muertas, según la ONG Gun Violence Archive. Los esfuerzos por endurecer los controles de armas llevan años paralizados en el Congreso. Es importante destacar que la violencia armada es un problema grave y complejo que requiere de soluciones integrales y sostenibles para evitar más tragedias como esta.


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