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«El impresionante mapa tridimensional del gigantesco glaciar antártico»


Científicos británicos han logrado un importante avance al trazar un detallado mapa tridimensional del glaciar más grande de la Antártida. Este logro ha sido posible tras tres décadas de exploración en la región polar.

El glaciar conocido como Thwaites y apodado como «glaciar del fin del mundo», se encuentra en la parte más occidental del polo sur. El Thwaites es un glaciar de gran relevancia debido a la cantidad de agua que almacena. Se estima que su derretimiento podría elevar el nivel del mar en más de medio metro a nivel global. Desafortunadamente, los científicos han observado un rápido deshielo en esta zona, lo que ha generado preocupación por las consecuencias que podría tener para el vasto paisaje antártico y para el resto del planeta.

Con el objetivo de comprender mejor el comportamiento y la estabilidad del Thwaites, el equipo británico ha logrado crear un mapa detallado de lo que se encuentra debajo de la superficie del glaciar. Los resultados revelan que el glaciar ha retrocedido aproximadamente 14 kilómetros desde la década de los 90, lo cual es alarmante.

Las imágenes obtenidas muestran que la base del glaciar contiene poco sedimento, lo que indica una falta de estabilidad en esa zona. Este descubrimiento resalta la importancia de identificar los puntos más débiles del Thwaites para poder predecir su comportamiento futuro y comprender cómo afectará a la Antártida en su conjunto.

Es importante recordar que la Antártida es un continente único y extremo en muchos aspectos. Cubre una superficie aproximada de 14 mil millones de km2, siendo la mayoría de su territorio una extensa capa de hielo. Menos del 1 por ciento de su área total está libre de hielo. Además, es considerado el continente más frío, más seco, más ventoso y con mayor altitud media del planeta, con más de 2 mil metros sobre el nivel del mar.

Aunque el Ártico ha experimentado un impacto más pronunciado por el aumento de las temperaturas oceánicas debido a su naturaleza oceánica y predominancia de hielo marino, la Antártida no ha quedado exenta de los efectos del cambio climático. A pesar de estar compuesta principalmente por tierra cubierta de hielo, el deshielo en la Antártida ha aumentado en un 65 por ciento desde la década de 1990, lo que requiere una atención urgente para comprender y abordar este fenómeno en constante evolución.

Actualmente se estudian 220 mil glaciares

Se sabe que los glaciares se están derritiendo, pero ¿a qué velocidad y con qué consecuencias locales? Un atlas, elaborado por un grupo de investigadores, cartografía la evolución reciente de unos 220 mil glaciares de todo el mundo, utilizando miles de imágenes satelitales.

La idea es tener una «visión exhaustiva de la variación de masa de todos los glaciares», explicó a la AFP el glaciólogo Antoine Rabatel, uno de sus autores, en su despacho del Instituto de Geociencias Medioambientales de Grenoble (IGE), en el este de Francia, repleto de ilustraciones de montañas.

Aunque se convirtieron en uno de los símbolos más evidentes de la crisis del calentamiento global, los glaciares siguen siendo en general poco conocidos.

Aunque en Europa están bien vigilados, pues los naturalistas se interesan por ellos desde finales del siglo XVIII, hay muchos que siguen siendo casi inaccesibles, por ser demasiado remotos, de difícil acceso o por estar situados en zonas fronterizas sometidas a fuertes tensiones, como ocurre por ejemplo entre China, India y Pakistán.

Presentes en la Tierra en todas las latitudes, los glaciares varían mucho en tamaño, forma y dinámica. Algunos se mueven muy lentamente, sobre todo en las montañas, mientras que otros lo hacen muy deprisa, como el glaciar de los Pingüinos, en el sur de la Patagonia, que en su extremo se adentra en el mar a una velocidad de unos 12 km/año (33 metros por día).

Pero únicamente se ha medido la espesor del hielo de en torno al 1 por ciento de ellos (excluyendo los casquetes glaciares de Groenlandia y la Antártida), por lo que «sólo tenemos una idea muy limitada de los volúmenes de hielo almacenados en los glaciares», subraya el investigador.


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