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A sus 90 años de vida, la preocupación de Gabriel Zaid continúa siendo “la gente más pobre y el conocimiento”, así lo explica el historiador y ensayista mexicano Fernando García Ramírez, amigo del autor de Cómo leer en bicicleta, quien siempre ha admirado de él “su impecable conciencia moral y su evidente confianza en la sociedad”.
En entrevista, el también editor, explicó que la obra del regiomontano está más vigente que nunca, ya que las ideas que plasmó en libros como El progreso improductivo, Los demasiados libros y Adiós al PRI se reflexionan y se emplean, pero están mal aplicadas.
“A él se le ocurrieron ideas muy interesantes como la que tiene que ver con el reparto de efectivo para brindar a las personas instrumentos adecuados que mejoren su vida y transformen el dinero en producción de pequeñas empresas, una idea que han tomado los gobiernos, pero que se entrega a cambio de votos electorales; la del apoyo a las pequeñas y medianas empresas cuya importancia no se vislumbraba en los años 70; o la creación de diversas estrategias para distribuir y vender libros, criticando que las ferias y las editoriales regalen títulos que la gente no va a leer”, explicó.
Y contó que el autor de Cuestionario se encuentra escribiendo un nuevo libro sobre el combate a la pobreza: “fue una persona sumamente crítica con él, con su trabajo y con los de su tiempo, pero no solamente se quejó, sino que luchó por brindar soluciones”.
“A Zaid lo marcó, como a todos los mexicanos, la matanza estudiantil de 1968, un acontecimiento que lo cimbró mucho y cambió su enfoque en todos los sentidos, forjando un compromiso más fuerte con sus lectores y generando un pensamiento más crítico en términos de democracia”, dijo.
De acuerdo con el también editor mexicano, el año 68 fue una bandera que llevó al Premio Xavier Villaurrutia a encontrar una forma de hacer democrático el ejercicio poético: “recogió poesía de las canciones, de los epigramas, de los letreros, de los símbolos y de las lenguas indígenas para decirle al mundo que este género literario era para todos y se encontraba en todo”.
Parte de su pensamiento crítico fue registrado en algunos números de la revista Plural (1971-1976) que fundó el escritor Octavio Paz, en la cual, “refrendó su pensamiento sobre que la figura del escritor es servir a los lectores para fortalecer la conciencia”.
Para García Ramírez, sus libros no postulan ni defienden ninguna doctrina, más bien “son un antídoto contra el hechizo del poder».
Gabriel Zaid fue colaborador de la Revista de Bellas Artes, Diálogos, México en la Cultura, Plural, Vuelta, El Gallo Ilustrado, la Revista de la Universidad de México y Contenido; entre sus libros de poesía y ensayo están Fábula de Narciso y Ariadna, Seguimiento, Campo nudista, Práctica mortal, Cuestionario, Sonetos y canciones, Reloj de sol, La claridad furiosa, La poesía en la práctica, La economía presidencial y Mil palabras, por mencionar algunos.
Su obra se ha traducido al inglés, francés, italiano, portugués, alemán, japonés, esloveno, neerlandés, serbio y estonio.
El Colegio Nacional ha publicado seis tomos de sus obras.
La obra de Gabriel Zaid tuvo motivaciones sociales, intelectuales y religiosas.
60 veces se ha editado Los demasiados libros, en Europa.
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