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Cumbre de las Américas: México propondrá el comienzo de un nuevo orden regional

El canciller Marcelo Ebrard encabeza la delegación de México ante la ausencia de López Obrador

El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, mantuvo su exigencia hasta el final y es que un foro regional como lo es la Cumbre de las Américas no debería excluir a ningún país del continente.

Este pronunciamiento ha sucedido a propósito de la exclusión de los representantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, a los que la Casa Blanca se ha referido abiertamente como “dictadores”.

Por este motivo, el mandatario mexicano declinó acudir al cónclave pese a la insistencia de Estados Unidos, pero encomendó al canciller, Marcelo Ebrard, defender su posición. Esto es, explorar un primer paso hacia un nuevo orden geopolítico en la región: “Hay que iniciar una etapa nueva en la organización que tenemos las Américas”.

La agenda del secretario de Relaciones Exteriores en el evento arrancó este miércoles con la brújula de “buscar la unión, la coordinación y la cooperación económica”.

En definitiva, según ha indicado este martes con la filosofía del propio López Obrador, el propósito consiste en “caminar hacia un nuevo tipo de organización en las Américas basado en el respeto mutuo y en la inclusión de todas y de todos”.

Ebrard estará acompañado por Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte de la Cancillería, y tiene previstos encuentros con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y sus homólogos del continente.

Además, participará en una reunión trilateral de América del Norte (con Estados Unidos y Canadá) y se sumará a la plenaria del viernes. También participa en la cumbre la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, y la subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora.

El planteamiento general del Ejecutivo mexicano no es en sí una novedad. Sin embargo, es la primera vez que utiliza esta cumbre, un instrumento de encuentro diplomático nacido en los años noventa, para buscar adhesiones.

A falta de los detalles que la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha aclarado, el presidente ha dejado clara su ambición de superar al principal organismo multilateral del continente, la Organización de los Estados Americanos (OEA), al que considera demasiado dependiente de los intereses de Washington. La viabilidad del plan tampoco es un paseo cuesta abajo.

Por eso sus defensores abogan de momento por promover a la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como plataforma alternativa. El presidente pro tempore de este mecanismo regional, el argentino Alberto Fernández, viajó a Los Ángeles, tras consultarlo con López Obrador, precisamente para hablar en nombre de ese bloque.

Con estas premisas, si la exclusión de Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega ha provocado la protesta de varios países (a México y Argentina se sumaron con distinta intensidad Chile, Bolivia y Honduras), ese malestar se ha convertido también en un pretexto para librar una nueva batalla desde el escenario de la cumbre. Una disputa que guarda relación con la influencia geopolítica y de la que el Gobierno de López Obrador quiere ser protagonista. Hay toda una serie de urgencias que interpelan tanto a Estados Unidos como a México y el principal encargado de negociar un paquete de acuerdos es Ebrard.

Para empezar, la crisis migratoria que desborda las fronteras sur y norte.

“Nosotros pensamos que, básicamente, vamos a dos cosas: se requiere una inversión importante en varias de las regiones de América Latina y el Caribe en donde tenemos dificultades por los efectos de la pandemia y por la situación económica general. Esto está desde luego acelerando flujos migratorios”, ha señalado el canciller.

México lleva pidiendo a la Administración de Joe Biden más recursos para Centroamérica desde su llegada a la Casa Blanca, aunque la solicitud siempre ha chocado con la tradición de Washington, que suele supeditar el desembolso de fondos públicos al desempeño de los receptores. La cumbre, en cualquier caso, ha empezado con una señal positiva y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, anticipó que Estados Unidos aumentará sus inversiones en Guatemala, El Salvador y Honduras en 1.900 millones de dólares procedentes de la iniciativa privada.

Otro reclamo de López Obrador tiene que ver con la movilidad laboral.

“Estados Unidos es un país que tiene un crecimiento demográfico de 0,4, el año pasado llegó a 0,1, por lo tanto van a necesitar cada año pues más del millón de personas para poder mantener el ritmo de crecimiento de su economía. Entonces, ¿por qué no lo organizamos mejor? ¿De una manera que sea regular, seguro para las personas?”, se ha preguntado Ebrard.

Este es el punto de partida para que el país vecino abra la mano y flexibilice los permisos de trabajo, lo que no solo beneficiaría a millones de mexicanos sino también a buena parte de la región.

Cabe destacar que México ha recuperado con este Gobierno la política de respaldo activo a La Habana y llevará a la Cumbre de las Américas su exigencia de levantar el bloqueo económico, al no considerar suficiente la suavización de algunas sanciones a la isla adoptada hace semanas por Biden.

“Respecto a Cuba insistiremos en que el bloqueo es inhumano, contrario a la dignidad humana, ineficaz y ha sido condenado por todos los países que estamos ahí, que vamos a estar en la Cumbre, todos votamos en contra salvo la derecha de Estados Unidos, entonces lo vamos a reiterar e insistir”, ha avanzado el canciller.

La recuperación económica y la cooperación sanitaria tras la pandemia de covid-19 es uno de los ejes centrales del cónclave de Los Ángeles.

“Vamos a apoyar a nuestras comunidades en materia de salud, que es el punto débil que vimos ahora en la pandemia”, ha prometido Ebrard, que se entrevistará con varios presidentes del la región para mejorar la coordinación.

Según ha recalcado el secretario de Relaciones Exteriores, el presidente mexicano abordará todos los temas de la cumbre en una reunión bilateral con Biden prevista para el mes de julio.

“Voy a estar en Estados Unidos en julio, porque vamos a tratar todos estos temas con el presidente Biden ya sin este asunto, sin esta presión, sin este chantaje de lo de la cumbre, lamentable, vergonzoso. Vamos a hablar en julio y vamos también a tratar el tema de la regularización de nuestros paisanos en Estados Unidos”, enfatizó el mandatario.

Con información de El País

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